miércoles, 9 de septiembre de 2015

ANÁLISIS DE PERSONAJE DE CAPÍTULO PILOTO SERIE WEB NETFLIX - NARCOS (2015) DE JOSE PADILHA

Tráiler oficial

Colombia y narcotráfico: un arquetipo audiovisual moderno

Tercer ejercicio de reseña cinematográfica correspondiente a la asignatura Deontología del Artista Audiovisual de la carrera de Producción de Artes Audiovisuales de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.

Sobre la producción

En esta ocasión es Netflix, Inc., la compañía estadounidense de entretenimiento que proporciona mediante streaming contenido audiovisual bajo demanda a sus usuarios, la que representa uno de los más nefastos episodios de nuestra historia reciente, él que sigue escribiéndose literalmente con sangre, alterando todas y cada una de las estructuras de nuestra sociedad.

Fue creada por Chris Brancato, Eric Newman y Carlo Bernard; y dirigida por José Padilha.

Las compañías productoras fueron Dynamo Producciones y Gaumont International Television.

Sobre las múltiples representaciones audiovisuales en torno al narcotráfico colombiano

En los últimos once años el argumento derivado de la maldición del tráfico ilícito de estupefacientes en nuestro país ha sido reiterado, trillado, recalentado y reciclado de muchas maneras.

Me permito enunciar algunas a manera de ejemplo:

Colombian Dream (2006).
El Arriero (2009).
El Capo (2009-2010).
El cartel de los sapos (2012).
El Rey (2004).
Escobar, El patrón del mal (2012).
Las muñecas de la mafia (2009).
María llena eres de gracia (2004).
Perro come perro (2008).
Sin tetas no hay paraíso (2006).
Sumas y Restas (2004).

Todas y cada una de ellas financiadas con capitales privados así como multinacionales, con extremo éxito de audiencia a nivel mundial y ganancias económicas; objeto de críticas por la prensa escrita y algunos sectores de la sociedad civil, entre ellos el artículo de la columnista de opinión María Jimena Duzán titulado “El Gran Colombiano” publicado en la Revista Semana el 6 de diciembre de 2014, en el que relaciona las narconovelas nacionales con el estigma y sentimiento anticolombiano que aflora fuera de nuestras fronteras, en estos días tan cercano y demostrado con las deportaciones de nuestros compatriotas por el gobierno de Nicolás Maduro en la hermana república de Venezuela.

El personaje escogido para el análisis

Los personajes principales son los siguientes:

Pablo Escobar (Wagner Moura)
Un contrabandista rechoncho de poca monta que dirige una pequeña empresa criminal; hombre intrépido que a través de su primo Gustavo, logra contactarse con Mateo Moreno, un productor de cocaína de origen chileno, quien lo introduce en el tráfico ilícito de pasta del alcaloide desde Perú a nuestra nación para de aquí distribuirla en los mercados de Estados Unidos. Impulsó la creación de los primeros laboratorios productores en nuestro territorio, definió diferentes rutas multimodales para llevar la sustancia ilícita al terreno yanqui, creó una red de empresarios del negocio involucrando a los más importantes mafiosos del país y dividió a las personas entre las que lo apoyaban y merecían “plata” o las que lo rechazaban y recibían “plomo”; entre sus aspiraciones estaba la de un día ser el presidente de Colombia.

Steve Murphy (Boyd Holbrook)
El estereotipo del héroe norteamericano de todos los tiempos, rubio, alto, de ojos azules, miembro de la DEA, intachable, incorruptible, la encarnación de la moral y las buenas costumbres del primer mundo. Pertenece a un programa de lucha antinarcóticos y se ve obligado a trasladarse con su familia de Estados Unidos a Colombia para comenzar la guerra contra la cocaína; dados los grandes estragos que está ocasionando la distribución de esta sustancia en la economía de su país de origen. Es el narrador omnisciente que como un dios conduce la trama a lo largo del capítulo.

Gustavo Gaviria (Juan Pablo Raba)
Un machito latinoamericano, primo de Pablo, compañero incondicional y cómplice en el negocio del contrabando y en el futuro tráfico de cocaína. Es el lacayo perfecto, servil, rastrero, que como un criado de librea tiene como como principal ocupación acompañar a su amo; un perro fiel que respalda a Escobar. En algunos momentos lanza advertencias a su señor pero nunca lo contradice abiertamente.

Mateo Moreno “Cucaracha” representado por Luis Gnecco, es el personaje escogido en esta oportunidad para analizar, un opositor chileno al gobierno socialista de Salvador Allende que participó como mercenario al servicio del dictador Augusto Pinochet dando el golpe de estado contra el legítimo gobierno del sur de nuestro continente. Al comienzo de la dictadura permanece en Chile y se dedica a la producción de cocaína hasta que el tirano decide exterminar la producción del alcaloide, logrando sobrevivir a la aniquilación obtuvo el grotesco nombre atribuido al repudiable insecto.

Al viajar a Perú, reactiva la producción del maldito polvo blanco y es contactado por Gustavo para conocer a Pablo, al aceptar la oferta llega a Colombia y entabla una relación de  negocios con Escobar.

En un principio le vende pequeñas cantidades del estupefaciente que produce en los laboratorios miserables y clandestinos aún ubicados en Perú, posteriormente le enseña la macabra forma de fabricación del alcaloide y finalmente es el pionero en la creación de laboratorios en nuestras tierras, para ingresar la droga a los Estados Unidos por toneladas.

Se muestra como un padre del mal que enseña todo el andamiaje de la industria criminal a su hijo Escobar, el final de su participación en relato se da en el punto que el alumno supera al maestro, Pablo dando cumplimiento a su promesa, ante una oposición derivada del control total del negocio le da a conocer de primera mano el frío del plomo que escupen sus armas.

Pasando de la ficción a la realidad de los hechos, es necesario precisar que el triste legado de Cucaracha nos persigue y aumenta como la peor de las pandemias, una peste negra que permeó todas las esferas de nuestra organización social hasta nuestros días. El pasado 2 de julio de 2015, el diario El Espectador dio a conocer un fuerte aumento de cultivos de coca y producción de cocaína a lo largo y ancho de nuestra patria y narra claramente que según el último reporte de monitoreo de cultivos ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el gobierno nacional presentado ese mismo día: "Los cultivos de coca crecieron considerablemente en Colombia, al pasar de 48.000 hectáreas en 2013 a 69.000 hectáreas en 2014 (44%). El incremento de la producción potencial de cocaína es aún más fuerte. De una producción potencial media en 2013 de 290 toneladas métricas se pasó a una de 442 toneladas métricas, un incremento de 52%".

Fuentes

Netflix - Youtube

Revista Semana
Artículo “El Gran Colombiano” de María Jimena Duzán

El Espectador
Artículo “Fuerte aumento de cultivos de coca y producción de cocaína en Colombia”

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