En
el comentario de la entrada dedicada a la muestra del Neorrealismo Italiano en
la que tuvimos la oportunidad de apreciar Roma ciudad abierta del maestro
Roberto Rossellini me pronuncié sobre la experiencia vivida un sábado de de
julio de año de 1999 en la que tuve la oportunidad de visitar El Museo
Estadounidense Conmemorativo del Holocausto y conocer de primera mano la
realidad de la persecución y el asesinato sistemático de millones de judíos por
parte de autodenominado III Reich y sus lacayos, todo ello fundamentado en falsa
creencia alemana de ser una “raza superior” y considerar a los judíos como una
de naturaleza “inferior”.
Verdad
que hasta nuestros días ha sido desmentida por los denominados negacioncitas de
dicha depravación y que fue posible demostrar gracias a los documentos
fotográficos y fílmicos en los que hombres valientes y decididos como Alain
Resnais fijaron las atrocidades cometidas por la “raza aria”.
Conocida
esa realidad y probada la negación la reflexión gira en torno, a la guerra y el
autoritarismo.
Resnais
durante algo más de 30 minutos nos sumerge en una de las expresiones máximas de
la maldad humana mostrando ese sistema intrincado de generación de dolor
conocido como los campos de concentración y todo su andamiaje, muchas de las
escenas como las bandas de músicos, el maltrato a las mujeres, la disciplina
implacable nazi y los arañazos resultado de la tortura tocaron las fibras más
sensibles de la conciencia.
Un
excelente ejemplo para ser replicado denunciando realidades de nuestro país
actual, buscando un cambio palpable, como son las correspondientes a la
prostitución infantil, la producción de narcóticos, el reclutamiento ilegal de
jóvenes para los grupos al margen de la ley y el hacinamiento carcelario, entre
tantos otros.

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