martes, 25 de febrero de 2014

Sobre Roma ciudad abierta de Roberto Rossellini muestra del Neorrealismo italiano


En julio de 1999 tuve la oportunidad de visitar El Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto[1] y conocer de primera mano la realidad de la persecución y el asesinato sistemático de millones de judíos por parte del llamado III Reich y sus militantes, todo ello fundamentado en la creencia de los alemanes de ser una “raza superior” y considerar a los judíos como una de naturaleza “inferior”, categoría en la que fueron encasillados otros pueblos europeos, situación que hasta nuestros días ha sido desmentida por los denominados negacioncitas de dicha depravación.

Gracias a los documentos fotográficos y fílmicos que fijaron las atrocidades pudimos conocer esa realidad, desmentir la negación y reflexionar sobre el autoritarismo.

En Roma ciudad abierta Roberto Rossellini documentó con crudeza la ocupación alemana en Italia, narrando en forma de arte los acontecimientos acaecidos en medio de la invasión teniendo en cuenta sucesos reales como el maltrato y fusilamiento del presbítero católico Giuseppe Morosini[2].

Algunas de las relaciones encontradas entre el filme y la teoría del llamado movimiento del Neorrealismo Italiano son:

·       La filmación teniendo como locación la ciudad devastada verdaderamente por la guerra, prescindiendo del estudio, en un contexto miserable, con pobreza, inflación, bombardeos y toque de queda.

·       Las actuaciones fieles a la miseria humana vividas por la población civil.

·       Los actores que rompen con el estereotipo de Hollywood y se muestran más cercanos a los espectadores pareciendo ser las víctimas mismas de los opresores que cuentan en tiempo real su tragedia.

·       La responsabilidad ética y moral por parte de los productores de mostrar la invasión nazi tal y como pasó sin incluir elementos fantásticos o imaginarios con el afán de contar la verdad de la atrocidad germana, resaltar la lucha de las guerrillas partisanas en frentes urbanos y rurales, mostrar el rechazo de una parte de la iglesia católica a la guerra, enseñar el retrato de los ancianos, mujeres y niños en medio del conflicto y resaltar la voluntad férrea de los opositores que soportaron hasta la muerte con la esperanza de ver a su patria liberada del yugo hitleriano.

·       La reseña de la actitud de muchos italianos partidarios del imperio maligno que a la semejanza de la cacha de un hacha, madera traicionera que sirve para matar a los de su propia especie, aceptaron a los invasores y oprimieron a su propio pueblo.

·       La muestra de momentos puntuales como el bombardeo nocturno, la muerte de Pina estando en cinta, por parte de las SS en frente de la población civil, en especial de su prometido Francesco y su hijo Marcello, la tortura de Marcello Pagliero, y el fusilamiento del padre Pietro Pellegrini a la vista de los niños, como testimonios de la humillación y el sometimiento, no dando lugar a la imaginación sino a la realidad.

·       La evidencia una paradoja respecto de la supremacía aria donde de un lado el mayor Bergmann, oficial de mediana edad representa el pleno convencimiento de las verdades absolutas del universo hitleriano y de la otra, el capitán Hartmann, oficial curtido en la desgracia de la conflagración, que reconoce los errores cometidos, el envanecimiento del odio y la desesperanza.





[2] Partisano, miembro de la resistencia italiana contra el régimen nazi, torturado son resultados en búsqueda de información sobre los cabecillas rebeldes y fusilado por el ejército alemán el 3 de abril de 1944.

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